- Hidratación:
El ácido hialurónico penetra en la piel, uniendo todas sus células con el agua, aportando a todas las capas de la piel una valiosa humedad que rellena y rejuvenece.
- Mejora de la barrera protectora:
El ácido hialurónico fortalece las barreras naturales de la piel para bloquear la humedad y que ésta perdure. De esta forma la piel es más capaz de defenderse contra factores ambientales y contaminantes.
- Piel más tersa y suave:
A medida que rellena la piel de humedad, el ácido hialurónico tensa, reafirma y suaviza el cutis, dejando un acabado más liso y sedoso, para una apariencia más joven.
- Reduce las líneas de expresión:
El ácido hialurónico reduce el tamaño de las arrugas estimulando a la producción de colágeno y elastina, dos fibras que contribuyen a la elasticidad de la piel.
- Estimula la renovación celular de la piel:
Además de estimular la producción de colágeno y elastina, el ácido hialurónico activa la regeneración celular para crear una piel sana y luminosa.
- Equilibra la producción de sebo:
Al aportar y mantener la humedad adecuada en la piel, el ácido hialurónico impide la sobreproducción de sebo que obstruye los poros y que conlleva a brotes de acné o comedones.
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